sábado, 22 de noviembre de 2008

¡Matemos al Cuy Mágico!

Harto de la publicidad exagerada del roedor del BCP, me atrevo a proponer secuestrarlo y cocinarlo. ¿Quién me ayuda?.

David Gavidia.

Ya me tiene harto ese huevón. Con su voz de maestro Yoda y su capacidad de sacarle la jijuna a Luc Skywalker con la simple jarana de, “anda yo te presto”, les soy franco, me acabo de unir al grupo del facebook que recolecta dinero para comprarle Campeón al Cuy Mágico que da plata. Y les soy más franco aun, en unos instantes me uniré al de “Matemos al Cuy Mágico” y porque no “Saquémosle la mierda al Cuy Mágico”. ¡Maldito roedor!.
Y sabes porque ando con la bilis atravesada y las arcadas revueltas, porque mientras más sales en la teve lorcha, cada diez minutos en cada corte comercial, en cada canal con los dientes salidos y las manos amaneradamente hacia delante, me recuerdas que ando con 20 lucas en el banco, cinco maracas en el bolsillo y que hace unos días pagué más de 800 soles en deudas al maldito Banco Falabella. En suma, ando más misio que el Chavo en Acapulco. ¡Ala mientras!. Si existieras Cuy Mágico, por la Sarita te secuestro.
Ordenemos las ideas. Qué creativo fumeque fue capaz de diseñar cojudez tan chistosa que nadie recuerda el nombre del producto del banco ¿Qué?, ah sí, del BCP. Fue acaso en una noche de copas, fue producto de una alucinación pajera… ¿de dónde nació tal idea?. Fue acaso la suma del pobre Ekeko andino con los budas chinos que llevó al publicista “X” ganarse los frejoles con una idea como esa. O es parte de la explotación del cuy como producto de exportación. ¡Viva South Park!, ¡Qué muera Kenny carajo!, quienes se atrevieron a colocarlo de manera espectacular en uno de sus memorables capítulos.
Ya detesto a quienes incluso se han hecho fanáticos del Cuy Mágico que da plata, del que capacita empresarios, del que baila reggaetón en el youtube, del que tiene su club de fans en el hi5 con la cantidad alucinante de 50 mil ahuevados.
- Cuy Mágico que da plata, préstanos pues.
Ahora que ando más endeudado dime entonces: “Preocuparte no debes”... Pobre animal.
Ayer sábado observaba feliz el partido del Liverpool con el Fulham de Inglaterra por Fox Sport (canal 50). Y que creen, en el entretiempo del partido, aparece el pobre huevón, rodeado de esos dos actores regordetes con cara de estúpidos soñando comprarse su pedazo de tela. “Comprate este”, jure les diría si los tuviera frente mío.
Quiero proponer una hipótesis. Acaso este cuy es estereotipo de los publicitas de looking flower quienes piensan aun que el microempresario es el mismo que ama Dina Paucar y se enciende con las arpas de Ayacucho. Puede que sí, pero se equivocan, la nueva generación (esa la del Grupo 5), de laptos HP sacadas al cash en una tienda por departamento ya piensan más en alucinarse con REM y la Ñ más rock en español. Mal pues compadre. Ingenioso es. Efectivo para la marca no sé cuanto. El creativo ya logró marcar una nueva institución en la publicidad local: un cuy, que deja mal parado al entretenido “Es fin de mes” y ya parece transcenderá como el popular “¡ahhhhh Yungay!”. Pero de allí, ya lo diría Casaretto: “No pasa”.
Un sujeto identificado como Milton Vela en un comentario que hace sobre el Cuy Mágico en la pagina web de El Comercio dice que le dicen lo siguiente. Que Rolando Arellanos, comparte la hipótesis que se maneja en este post: “Se esta abusando del estereotipo que se tiene del empresario PYME porque el cuy será más familiar para la anterior generación que para ésta, que ya transita desde el Mega Plaza hasta Larcomar y si quiere se va Asia”. Golpe bajo para la ingeniosa publicidad. Es cierto, tiene mucho de verdad, también.
Y es que, hasta el Cuy ya se apoderó del google. Más de 20 páginas dedicadas íntegramente al roedor que ya me hace recordar a los prontuariados Quimper y León. Sinceridad: me lo comería chactado.
Harto estoy (carajo, acabo de expresarme como ese jijuna). Acabo de dar clic al grupo del facebook que me hace integrante del grupo que quiere darle vuelta al roedor. Habla, ¿te sumas? Si ya lo hiciste únete a la cruzada y difunde este post y responde al foro: ¿Dónde patiarias al Cuy Mágico?: las opciones son:
- En la cara de imbecil
- En el culo
- En las manos de maricón.
Yo me quedo con la primera. El foro esta abierto. ¿Te apuntaste?. Matemos al Cuy Mágico.

sábado, 15 de noviembre de 2008

El suicidio de los años

¿Pueden morir los años acaso? ¿Ser suicidas por vocación? Los meses pueden ser cancerberos asesinos de los que muchos llaman ilusión y Virgilio su personaje más inhóspito pues solo brinda un tour gratuito por el infierno sin ofrecer los círculos del cielo, eliminando, claro esta, todo tiempo, segundo o reloj para no dejar rastro de los que alguna vez pasó. El suicidio de los años es posible, solo conoce de personas muertas.
En un mes maté ocho años. En mis 24, asesiné los 23 anteriores, hoy con 25 me resumo en la filosofía Mao: destruir, para reconstruir. Critiquen caviares. Sé que está mal. Se supone debo andar destrozado, con la cabeza gacha y el rabo entre las piernas. Un amigo me comenta que me ponga triste de una vez pues en la noche los sentimientos pesan y los ojos se humedecen. Que el corazón tortura como una resaca por desamor, como una bajada sin comida.
El mismo compañero recuerda que la felicidad es la extensión de la tristeza y caray, cuánta razón tiene. Ahora trato de endurecer este caparazón poliédrico que aparece sobre mi espalda como si me convirtiera en una tortuga o quizás en el animal que Kafka desea me transforme. Lo juro, ya siento como me sale lo baboso del cienpies ¿o el escarabajo?, lo que sea, baboso en fin. Acabo de matar ocho años digo, porque me disparé contra los pies. Maté los que quizás fueron los cinco años más felices de mi vida. Y pronto mataré otros tres que sirvieron para aprender del oficio como de la profesión. Ocho años, cinco más tres, la suma de los términos solo da un resultado: la habitación vacía, la cama solitaria y la puerta cerrada. No molestar, dice el anuncio sobre mi puerta. Hagan caso por favor.
Escribo y notó como se me sale un poco el alma y la refreno, pues sé que si la dejo escupir esta se transformará en dolor. Y el caparazón, como cáscara de huevo, se romperá frágil, para derramar su contenido de dolor. Dramatismo cojudo, digo ahora que leo esto, si pues… lo es. Déjenme serlo por un día. En la madurez, la tristeza dura una noche, jamás un día. Mañana, con la llegada del sol –que saldrá- todo pasará y el error que sé he cometido será borrado, pues las penas se llevan también las reflexiones y todo seguirá como la vida quiere, cada cosa en su lugar, cada persona en su local, cada uno donde desde mañana, debe estar.
En unos días, además me quedaré sin monedas ni acción. Son decisiones que ya están tomadas. Creo que la pena que siento por el tema que me resisto a decir y publicar se convierte en rabia cuando toco lo profesional. Todo, llega a un límite, las cosas también van llegando a su final, solo espero una canasta. Destruir para reconstruir. Sí carajo, filosofía Mao.
Por lo pronto tengo un dolor de garganta y harto moco dentro de la nariz. Ya, la mierda, no quiero escribir más y este nuevo post se convierte en otro tanto frustrado que será publicado y leído sin la mínima cuota de piedad por el lector. Nadie lo comprenderá, qué chucha.
Bueno, en realidad pensé me serviría esto de catarsis pero peor, ni si quiera logré curarme en salud, lo cierto es que por mi culpa alguien no anda bien. Es otra de los errores con lo que deberé aprender a convivir: 2008, año de mierda, solo me dejaste una lección, los años también son suicidas, dejas personas muertas.