Chespirito, el poeta de la vecindad
Sentido homenaje a Roberto Gómez Bolaños en el día de su santo (mañana jueves 21). Llega a los 79 años, 37 de ellos vividos como Chespirito, el Shakespere de la comicidad. Aquí les presento un paseo por sus personajes, frases y su grandioso significado en América Latina. ¡Híjole Chavo…!
Una semblanza de David Gavidia.
Lima. Avenida Abancay, cuadra 5. Un grupo de personas forma un sólido cerco frente al local de Hiraoka. Pensamiento uno: Protestas (¡Exigimos reposición!). Pensamiento dos: súper ofertas (precios más bajos, ¡Siempre!). Pero las carcajadas aclaran las ideas. Casi 40 personas, todas apretadas, comparten los chistes de antaño. En la pantalla, un niño pobre, de camisas remendadas y pantalones hasta los tobillos recibe un coscorrón: ¡Toma…!, pipipipipi… una imagen sepia expulsa la nostálgica figura: es el Chavo escondiéndose en el barril y llora su pobreza. En Lima, todos ríen y ya van 37 años, tres generaciones. ¿Quién no creció viendo a Chespirito?.
Qué bonita vecindad. Cuesta creerlo, pero, cómo ese niño nos robó el corazón. El Chavo del 8, con sus necesidades, sentido práctico de la vida, en el que resalta el amor sin vanidad, la ingenuidad y nobleza pudo capturar, primero la señal del canal 8 de México para luego ser parte de esa gran estirpe que va dejando huella en América Latina. El peruano se refleja en el Chavo, el ecuatoriano también, el chileno, boliviano y colombiano, todos dibujados en esa vecindad donde se mueve su mundo, entre la miseria y la pituquería; entre el desempleo de don Ramón y las lágrimas de La Chilindrina; entre el enamoramiento de La bruja del 71, lo sangrón de Quico y la buena voluntad (exagerada y hasta ignorada) del Señor Barriga. Tres generaciones riendo con los mismos chistes, que cosa rara, no aburren, tal vez, por que cada uno mira en esos niños-adultos el pedazo de bondad que se esconde en la corteza de la adultez. Pues sí, el Chavo, fue concebido para grandes y terminó por cautivar a los chicos. Finalmente, quien no gozó con sus disparates y locuras. “¡Bueno pero no te enojes….!”
Chespirito, el genio creador. Futbolista, boxeador, cantinflesco. Dicen que intentó de todo y llegó a la actuación. Antes pisó el papel de las letras, fue poeta, guionista y escritor. Nunca antes actor, pero su vena venció, lo terminó por tumbar. Cogió papel y lápiz y comenzó a trazar las primeras figuras de lo que fueran su primeros personajes, en Los caballeros de la mesa cuadrada, pasando por el Chapulín colorado (ese antihéroe, más noble que una lechuga); el doctor Chapatín (un crítico furtivo a las negligencias médicas en México), para recorrer por el mundo del lumpe del Botija y el Peterete y continuar la línea del tiempo a través de Chaparrón y Lucas, dos esquizofrénicos (dígame licenciado. ¡Licenciado!. Gracias, muchas gracias). Para llegar a su obra maestra, en 1971, el Chavo del 8.
Lima. Local Hiraoka. 6. 00 pm. El círculo ha crecido y ahora el Chavo del 8 abraza a La Chilindrina, estrena traje nuevo y las manos del Chavo inauguran el vestido con un gran abrazo en la espalda. La Chilis , viendo la mugre de su vestido, abre lo brazos en forma de alicate, los cruza con fuerza a la altura del abdomen y “Hueeee, hue, hue, hue, hue…”. Más risas, Lima se paraliza y los oficinistas se olvidan del tumulto, el peligro y la noche que se avecina.
Pero, qué es lo que hace del Chavo, o Chespirito, ese hombre entrañable e inigualable de creación: Su genio, su escasa estatura (1.60) y la simpleza con que maneja sus personajes. Chespirito es el máximo creador de la comicidad en la historia de Latinoamérica. Supo romper los conflictos internos de nuestras sociedades convulsionadas y supo reflejar con cada uno de sus personajes el defecto punzante, doloroso y que supo maquillar con la parodia de ser uno mismo. Aceptar nuestras virtudes, complejos y fobias para regalarnos sonrisas francas y lágrimas tiernas. Jamás hubo momentos mejores, que el de compartir junto a Chespirito aquella maratón de una hora que América televisión no duda en bombardear desde hace más de 20 años. Pues, como negarle horario a quien se tatuó en el corazón, a quién supo aguar los ojos cuando se quedaba solo en su querida vecindad.
Don Ramón se ganó un pasaje a Acapulco, los sangrones de doña Florinda y Quico imitaban el viaje y doña Cleotilde se colaba en busca de su amor imposible (ron Damón). Chavito, te quedas solo, se esconde en su barril y don Barriga lo salva. Nos vamos todos a Acapulco…. Eso esoesoesoesoeso….
Capítulo memorable, digno de un domingo en la tarde después del fútbol. Digno Chespirito que imitando a un Shakespeare en miniatura y latino no dudó en hacer lo que más sabe con el papel: humor.
Es cierto. Hubo problemas y distanciamiento al final. La vecindad dejó de ser la de uniones y Quico terminó por separarse del grupo, dicen que por envidias, luego le siguieron los pasos otros personajes y el Chavo dejó de grabar, que más da, todos los capítulos que queríamos ver ya estaban hechos, así duren 30 años, así sea eterno. Así este grabado y distorsionado por el VTR de tanto uso. Allí quedaron frases, quedaron señas, canciones y musicales… Somos Cursis; Pero sacasacasaca la petacataca, cri cri y el inmortal, ¡Qué bonita vecindad!.
Lamentos aparte, la vecindad, ese mundo de barriles y piletas, cuerdas y escaleras, donde las puertas del 14 o el 71 eran abiertas para alimentar la imaginación.
Lima, 7 pm. Avenida Abancay cuadra 5. El avance informativo de América noticias pone fin al capítulo del Chavo. El público se dispersa, se toman los bolsillos y caminan con dirección al Parque Universitario. El frontis de Hiraoka se despeja y la calle sigue su rumbo. Puede ser que un niño avance por esas calles, solo. Puede ser que ahora, como el Chavo solo se esconda en un pozo de desagüe. A él nadie le regala una risa, nadie le regala un queco. Nadie le regala un desayuno. No hay un Don Ramón que se atore con su saliva al ver su pobreza. Busca un espacio y sigue mendigando. En ese niño Chespirito vio reflejado al pecoso y huérfano niño de 8 años que conquistó los canales de televisión, sin imaginar lo que pronto sería: El niño más pobre y conocido del mundo.
Sabemos que lo hiciste sin querer queriendo don Roberto Gómez Bolaños, y que en alguna de tus palomilladas como guionista se te chispoteó la idea. Y que aunque no lo supiste explicar, te enredaste en tus frases y atinaste a decir que “así como digo una cosa digo otra”, o una de esas célebres frases que hiciste legendarias con el Chapulín Colorado: “el que no se arriesga jamás su tronco endereza… digo, digo… árbol que crece torcido no cruza el mar… no, no… dime con quién andas y te enderezo el tronco…ehh… Bueno, ¡la idea es esa!.
Y, tomando palabra en este asunto don Roberto, le digo: ¡Que ideota, Chavo!. ¡Qué ideota Chespirito!, ¡Qué ideota Roberto Gómez Bolaños! Imagino que su genio jamás imaginó que sus comediantes fueran a significar iconos en la vida de sus seguidores. O tal vez sí, solo que prefirió tomarse una pastilla de chiquitolina y escabullirse de tanto barullo. ¡Yo puras habas!, dijo y como no, prefirió irle al Necaxa.
Sentido homenaje a Roberto Gómez Bolaños en el día de su santo (mañana jueves 21). Llega a los 79 años, 37 de ellos vividos como Chespirito, el Shakespere de la comicidad. Aquí les presento un paseo por sus personajes, frases y su grandioso significado en América Latina. ¡Híjole Chavo…!
Una semblanza de David Gavidia.
Lima. Avenida Abancay, cuadra 5. Un grupo de personas forma un sólido cerco frente al local de Hiraoka. Pensamiento uno: Protestas (¡Exigimos reposición!). Pensamiento dos: súper ofertas (precios más bajos, ¡Siempre!). Pero las carcajadas aclaran las ideas. Casi 40 personas, todas apretadas, comparten los chistes de antaño. En la pantalla, un niño pobre, de camisas remendadas y pantalones hasta los tobillos recibe un coscorrón: ¡Toma…!, pipipipipi… una imagen sepia expulsa la nostálgica figura: es el Chavo escondiéndose en el barril y llora su pobreza. En Lima, todos ríen y ya van 37 años, tres generaciones. ¿Quién no creció viendo a Chespirito?.
Qué bonita vecindad. Cuesta creerlo, pero, cómo ese niño nos robó el corazón. El Chavo del 8, con sus necesidades, sentido práctico de la vida, en el que resalta el amor sin vanidad, la ingenuidad y nobleza pudo capturar, primero la señal del canal 8 de México para luego ser parte de esa gran estirpe que va dejando huella en América Latina. El peruano se refleja en el Chavo, el ecuatoriano también, el chileno, boliviano y colombiano, todos dibujados en esa vecindad donde se mueve su mundo, entre la miseria y la pituquería; entre el desempleo de don Ramón y las lágrimas de La Chilindrina; entre el enamoramiento de La bruja del 71, lo sangrón de Quico y la buena voluntad (exagerada y hasta ignorada) del Señor Barriga. Tres generaciones riendo con los mismos chistes, que cosa rara, no aburren, tal vez, por que cada uno mira en esos niños-adultos el pedazo de bondad que se esconde en la corteza de la adultez. Pues sí, el Chavo, fue concebido para grandes y terminó por cautivar a los chicos. Finalmente, quien no gozó con sus disparates y locuras. “¡Bueno pero no te enojes….!”
Chespirito, el genio creador. Futbolista, boxeador, cantinflesco. Dicen que intentó de todo y llegó a la actuación. Antes pisó el papel de las letras, fue poeta, guionista y escritor. Nunca antes actor, pero su vena venció, lo terminó por tumbar. Cogió papel y lápiz y comenzó a trazar las primeras figuras de lo que fueran su primeros personajes, en Los caballeros de la mesa cuadrada, pasando por el Chapulín colorado (ese antihéroe, más noble que una lechuga); el doctor Chapatín (un crítico furtivo a las negligencias médicas en México), para recorrer por el mundo del lumpe del Botija y el Peterete y continuar la línea del tiempo a través de Chaparrón y Lucas, dos esquizofrénicos (dígame licenciado. ¡Licenciado!. Gracias, muchas gracias). Para llegar a su obra maestra, en 1971, el Chavo del 8.
Lima. Local Hiraoka. 6. 00 pm. El círculo ha crecido y ahora el Chavo del 8 abraza a La Chilindrina, estrena traje nuevo y las manos del Chavo inauguran el vestido con un gran abrazo en la espalda. La Chilis , viendo la mugre de su vestido, abre lo brazos en forma de alicate, los cruza con fuerza a la altura del abdomen y “Hueeee, hue, hue, hue, hue…”. Más risas, Lima se paraliza y los oficinistas se olvidan del tumulto, el peligro y la noche que se avecina.
Pero, qué es lo que hace del Chavo, o Chespirito, ese hombre entrañable e inigualable de creación: Su genio, su escasa estatura (1.60) y la simpleza con que maneja sus personajes. Chespirito es el máximo creador de la comicidad en la historia de Latinoamérica. Supo romper los conflictos internos de nuestras sociedades convulsionadas y supo reflejar con cada uno de sus personajes el defecto punzante, doloroso y que supo maquillar con la parodia de ser uno mismo. Aceptar nuestras virtudes, complejos y fobias para regalarnos sonrisas francas y lágrimas tiernas. Jamás hubo momentos mejores, que el de compartir junto a Chespirito aquella maratón de una hora que América televisión no duda en bombardear desde hace más de 20 años. Pues, como negarle horario a quien se tatuó en el corazón, a quién supo aguar los ojos cuando se quedaba solo en su querida vecindad.
Don Ramón se ganó un pasaje a Acapulco, los sangrones de doña Florinda y Quico imitaban el viaje y doña Cleotilde se colaba en busca de su amor imposible (ron Damón). Chavito, te quedas solo, se esconde en su barril y don Barriga lo salva. Nos vamos todos a Acapulco…. Eso esoesoesoesoeso….
Capítulo memorable, digno de un domingo en la tarde después del fútbol. Digno Chespirito que imitando a un Shakespeare en miniatura y latino no dudó en hacer lo que más sabe con el papel: humor.
Es cierto. Hubo problemas y distanciamiento al final. La vecindad dejó de ser la de uniones y Quico terminó por separarse del grupo, dicen que por envidias, luego le siguieron los pasos otros personajes y el Chavo dejó de grabar, que más da, todos los capítulos que queríamos ver ya estaban hechos, así duren 30 años, así sea eterno. Así este grabado y distorsionado por el VTR de tanto uso. Allí quedaron frases, quedaron señas, canciones y musicales… Somos Cursis; Pero sacasacasaca la petacataca, cri cri y el inmortal, ¡Qué bonita vecindad!.
Lamentos aparte, la vecindad, ese mundo de barriles y piletas, cuerdas y escaleras, donde las puertas del 14 o el 71 eran abiertas para alimentar la imaginación.
Lima, 7 pm. Avenida Abancay cuadra 5. El avance informativo de América noticias pone fin al capítulo del Chavo. El público se dispersa, se toman los bolsillos y caminan con dirección al Parque Universitario. El frontis de Hiraoka se despeja y la calle sigue su rumbo. Puede ser que un niño avance por esas calles, solo. Puede ser que ahora, como el Chavo solo se esconda en un pozo de desagüe. A él nadie le regala una risa, nadie le regala un queco. Nadie le regala un desayuno. No hay un Don Ramón que se atore con su saliva al ver su pobreza. Busca un espacio y sigue mendigando. En ese niño Chespirito vio reflejado al pecoso y huérfano niño de 8 años que conquistó los canales de televisión, sin imaginar lo que pronto sería: El niño más pobre y conocido del mundo.
Sabemos que lo hiciste sin querer queriendo don Roberto Gómez Bolaños, y que en alguna de tus palomilladas como guionista se te chispoteó la idea. Y que aunque no lo supiste explicar, te enredaste en tus frases y atinaste a decir que “así como digo una cosa digo otra”, o una de esas célebres frases que hiciste legendarias con el Chapulín Colorado: “el que no se arriesga jamás su tronco endereza… digo, digo… árbol que crece torcido no cruza el mar… no, no… dime con quién andas y te enderezo el tronco…ehh… Bueno, ¡la idea es esa!.
Y, tomando palabra en este asunto don Roberto, le digo: ¡Que ideota, Chavo!. ¡Qué ideota Chespirito!, ¡Qué ideota Roberto Gómez Bolaños! Imagino que su genio jamás imaginó que sus comediantes fueran a significar iconos en la vida de sus seguidores. O tal vez sí, solo que prefirió tomarse una pastilla de chiquitolina y escabullirse de tanto barullo. ¡Yo puras habas!, dijo y como no, prefirió irle al Necaxa.
4 comentarios:
Hola David, quiero a través de este segundo mensaje (porque el primero se borró) felicitarte por la crónica al chavo del 8 y a Roberto Gómez Bolaños (el Shakespeare Latinoamericano) ¡que buena!.
Quiero decirte que con la crónica publicada has conseguido que me remonte a los años de mi niñez, donde junto a mis hermanos o quizá algunos amigos, con taza de leche en mano, mirábamos casi hipnotizados las escenas de este célebre programa transmitido siempre por América TV.
Reitero mis felicitaciones por la crónica, puedo intuir que disfrutas mucho el escribir historias tanto como nosotros de leerlas.
Si el horario te lo permite, te invito a retroceder en el tiempo y ver el chavo del 8. Un abrazo fuerte.
Te felicito lei lo de don roberto esta muy bueno haber si te escribes algo de cantinflas aunq, quien no quisiera una foto junto a don roberto ojal venga al peru. bacn tu texto escribes bien, ya tiens q escribirte alguna novela. te pasare algun dia la que scribo pa q la corrigas
chau suerte
milko.
En verdad muy buena…
Sabes algo, si escribieras un libro de 800 páginas haría dos cosas: 1- lo leería de principio a fin y no saldría de mi casa hasta terminarlo, 2- andaría con el libro todo el día, aunque me duela el brazo... Tus historias mezclan la realidad, diversión y los entrañables recuerdos, pero lo que más me gusta es esa mezcla de ironía y sensibilidad que caracterizan tus escritos…
Haber cuándo me invitas a la presentación de tu libro…
Un abrazo!!!!
... recuerdo un día cuando, por cosas de la vida, una chica acepto ser mi novia despues de ver uno de los capítulos del chavo del 8. en ese donde el chavo se quiere ir de la vecindad y todos dicen ¡Nu ti vayas chavo!!!.. jeje los brazos de la que era mi amiga y se convirtió esa tarde en mi novia, se enredaron con los mios.. fue chevre pero bueno.. tiempos aquellos que con esta crónica.. achu male... hasta suspiros me nacieron desde muy al fondo jeje. un reconociento del arte de David hacia el shakespeare latinoamericano jeje
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